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Un ejemplo reconfortante de biblioterapia en un hospital de Brasil


Es muy satisfactorio reconocer en otras personas del mundo la misma vocación y pasión por ayudar a encontrar paz y sosiego a los pacientes y a los acompañantes gracias a los libros. La siguientes ideas y fotografías son de la bibliotecaria Eva María Seitzla, coordinadora de la Sala de Lectura del Hospital Universitario de la Universidad Federal de Santa Catarina (HU/UFSC) en Brasil, una institución pública y totalmente gratuita. El HU/UFSC está dotado de 271 camas y cuenta con aproximadamente 1500 colaboradores, que realizan cada mes cerca de 1500 atenciones ambulatorias, 3000 de emergencia y 990 internamientos.





"Lo mejor de los resultados está en la satisfacción expresa de aquellos que encuentran en los materiales de lectura la distracción y entretenimiento necesarios para soportar las horas y horas de espera para la realización de consultas y pruebas.
Es más, en  los sentimiento de alegría, respeto y valoración de los pacientes internados y acompañantes con la llegada del carrito de transporte de los materiales, cariñosamente llamado "Barney", repleto de libros. La elección de la obra para leer, el intercambio de opiniones sobre autores y títulos, además de cualquier forma de interacción y diversión que ese acto tan simple provoca en las personas internadas representa algo extremadamente gratificante."
 


"Siempre se esperó que el desaliento provocado por la hospitalización no tuviese como remedio tan solo las paredes y los techos blancos, sino también el arte, principalmente expresado por la lectura, que, sumada a la música, el teatro o el baile, puede ser capaz de arrancar sonrisas y alegrías de las caras sumergidas en la incertidumbre y, principalmente, en la tristeza y en la amargura. Se pretendía que la lectura y cualquier forma de arte fuese capaz de arrancar esas sonrisas perdidas en las heladas habitaciones. Se pretendía que el «viaje» a la alegría y a la risa proporcionadas por la lectura pudiesen y puedan continuar siendo aquel remedio cuya dosis disipa el dolor que atormenta y angustia al paciente sumergido en un sufrimiento que parece no tener fin."

Los textos de Eva María Seitzla que acompañan esta entrada son tomados del artículo "Biblioteca Hospitalaria" publicado por el Boletín ANABAD. LXI (2011), NÚM. 3, Julio-Septiembre, en Madrid.

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