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Lectura recomendada: Historias de cronopios y de famas




Julio Cortázar nos presenta en este tomo una colección de cuentos breves con muchos elementos tan diversos como el humor, la fantasía y la crítica política, utilizando recursos que bordean  el mundo surrealista. Este es un libro ideal para leer al azar y pellizcar en  cualquier página dejándose sorprender solo o en compañía de otro lector y desencadenar una amena y creativa conversación.


Uno de los cuentos con los que podemos disfrutar es "Posibilidades de la abstracción", el cual puedes leer a continuación



Posibilidades de la abstracción
Por: Julio Cortázar
 
 Trabajo desde hace años en la Unesco y otros organismos internacionales, pese a lo cual conservo algún sentido del humor y especialmente una notable capacidad de abstracción, es decir, que si no me gusta un tipo lo borro del mapa con sólo decidirlo, y mientras él habla y habla yo me paso a Melville y el pobre cree que lo estoy escuchando. De la misma manera, si me gusta una chica puedo abstraerle la ropa apenas entra en mi campo visual, y mientras me habla de lo fría que está la mañana yo me paso largos minutos admirándole el ombliguito. A veces es casi malsana esta facilidad que tengo.
El lunes pasado fueron las orejas. A la hora de le entrada era extraordinario el número de orejas que se desplazaban en la galería de entrada. En mi oficina encontré seis orejas; en la cantina, a mediodía, había más de quinientas, simétricamente ordenadas en dobles filas. Era divertido ver de cuando en cuando dos orejas que remontaban, salían de la fila y se alejaban. Parecían alas.
El martes elegí algo que creía menos frecuente: los relojes de pulsera. Me engañé, porque a la hora del almuerzo pude ver cerca de doscientos que sobrevolaban las mesas en movimiento hacia atrás y adelante, que recordaba particularmente la acción de seccionar un bife. El miércoles preferí (con cierto embarazo) algo más fundamental, y elegí los botones. ¡Oh espectáculo! El aire de la galería lleno de cardúmenes de ojos opacos que se desplazaban horizontalmente, mientras a los lados de cada pequeño batallón horizontal se balanceaban pendularmente dos, tres o cuatro botones. En el ascensor la saturación era indescriptible: centenares de botones inmóviles, o moviéndose apenas, en un asombroso cubo cristalográfico. Recuerdo especialmente una ventana (era por la tarde) contra el cielo azul. Ocho botones rojos dibujaban una delicada vertical, y aquí y allá se movían suavemente unos pequeños discos nacarados y secretos. Esa mujer debía ser tan hermosa.
El miércoles era de ceniza, día en que los procesos digestivos me parecieron ilustración adecuada a la circunstancia, por lo cual a las nueve y media fui mohino espectador de la llegada de centenares de bolsas llenas de papilla grisácea, resultante de la mezcla de corn-flakes, café con leche y medialunas. En la cantina vi cómo una naranja se dividía en prolijos gajos, que en un momento dado perdían su forma a cierta altura de un depósito blanquecino. En este estado la naranja recorrió el pasillo, bajó cuatro pisos y luego de entrar en una oficina, fue a inmovilizarse en un punto situado entre los dos brazos de un sillón. Algo más lejos se veían en análogo reposo un cuarto de litro de té cargado. Como curioso paréntesis (mi facultad de abstracción suele ejercerse arbitrariamente) podía ver además una bocanada de humo que se entubaba verticalmente, se dividía en dos translúcidas vejigas, subía otra vez por el tubo y luego de una graciosa voluta se dispersaba en barrocos resultados. Más tarde (yo estaba en otra oficina) encontré un pretexto para volver a visitar la naranja, el té y el humo. Pero el humo había desaparecido, y en vez de la naranja y el té había dos desagradables tubos retorcidos. Hasta la abstracción tiene su lado penoso; saludé a los tubos y me volví a mi despacho. Mi secretaria lloraba, leyendo el decreto por el cual me dejaban cesante. Para consolarme decidí abstraer sus lágrimas, y por un rato me deleité con esas diminutas fuentes cristalinas que nacían en el aire y se aplastaban en los biblioratos, el secante y el boletín oficial. La vida esta llena de hermosuras así.



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Cuento tomado del libro "Cuentos completos / 2" de Julio cortázar. Punto de lectura. Bogotá. 2011.


Dialogo de la literatura con el lenguaje audiovisual
Si te gusto el cuento "Posibilidades de la abstracción", puedes ver un corto animado que hace el director español Axel Bunge, como parte de su proyecto de grado de la maestría en Animación de la Universidad Pompeu Fabra, en el año 2003.


 

Dialogo de la literatura con el lenguaje plástico
Las siguientes fotografías son del artista italiano Giuseppe Colarusso, quien creó una serie titulada “Impobabilità”. El concepto del proyecto es tomar cosas utilizadas comúnmente en la vida diaria para modificarlos y convertirlos en figuras extrañas carentes de funcionalidad, pero totalmente atractivas visualmente, por misteriosas y exageradas. Al parecer damos por hecho la presencia de los objetos y su funcionalidad y no somos conscientes de que ésta solo es posible gracias a la forma específica de cada objeto, es su forma lo que los hace útiles y esta increíble serie lo demuestra a la perfección.











Propuesta de ejercicio de escritura creativa

Una actividad sencilla de escritura creativa se puede desarrollar con la lectura de los cuentos de Julio cortázar y el trabajo de Giuseppe Colarusso para despertar la imaginación de los chicos y jugar a construir diferentes textos en los que podemos transformar el uso de los objetos y resignificarlos de forma poética, rompiendo las convenciones que dictan el razonamiento y la lógica.

Otra variación a esta actividad creativa puede ser la expreción por medio de elementos gráficos como el dibujo libre o el diseño de un collage con recortes de fotografías de revistas, en el que cada participante desarrolle libremente sus propios inventos maravillosos a partir de lo cotidiano.