lunes

Esos maravillosos regalos de los hombres y mujeres del pasado

“La tecnología es todo aquello que fue inventado después de que tú nacieras”.
 La cita es del ingeniero informático Alan Kay y hace referencia a esa idea generalizada de que tecnología es sinónimo de nuevo. Los ordenadores, los móviles, los GPS son tecnología. ¿Los libros? También, insiste Joaquín Rodríguez, editor, autor y responsable del blog Los futuros del libro. “Aunque nos preceda nueve siglos y sea algo natural en nuestras vidas”. El libro es una tecnología para muchos inmejorable: compacta, portátil, fácil de usar, barata, autónoma. Por eso precisamente ha tardado tanto en iniciar su tránsito hacia lo digital.
 El futuro de la lectura. Virginia Collera. Artículo publicado enEl país


En estos días preparando una actividad para el club de lectores, pensaba en esos maravillosos desarrollos tecnológicos que cambiaron mi vida y la de muchas personas en la historia de la humanidad. Un ejemplo de ésto son los caminos en el imperio romano o los primeros ejercicios de impresión en serie que acercaron a las personas y a sus pensamientos de una forma que todavía siguen teniendo un gran impacto.
El siguiente es un fragmento de Julio Cesar Londoño publicado en El Espectador:

"En cuanto a arneses, horcates, colleras, herraduras y guarniciones racionales, las mejores fueron las de otros bárbaros nómadas, los mongoles, hecho que les permitió dominar Asia y parte de Europa y jugar un papel inesperado en la invención de la imprenta. La cosa fue así: en el siglo I los chinos inventan el grabado sobre madera. Cuando los mongoles invaden China, conocen el juego de cartas, se aficionan, aprenden la técnica del grabado para renovar sus barajas y le enseñan este arte a Europa. Los monjes occidentales deciden grabar estampas piadosas en lugar de barajas, y los holandeses dan un paso clave: en lugar de seguir utilizando grabados con imagen y leyenda, tallan sellos de imágenes y sellos de leyendas para combinarlos y multiplicar el surtido. Luego los impresores holandeses y alemanes separan las letras unas de otras, y por último Gutenberg introduce el plomo y lo suma todo: la prensa, la tinta de negro animal y la aleación metálica de los caracteres (caracteres metálicos y móviles, claro).

Para Louis Powels y Jaques Bergier, los mongoles son un pueblo clave en la historia. “Si recordamos que el caballo fue desde el principio hasta la invención del tren el medio de transporte terrestre más rápido, y que la imprenta es uno de los inventos centrales de la especie, hay que reconocer que los mongoles aceleraron la velocidad del hombre y la difusión de su pensamiento. Su aporte contribuyó más a la transformación de Occidente que toda la admirable ciencia griega. Al menos hasta el Renacimiento”.