Lo que empezó como una divertida historia sin sentido pronto se convirtió en una fábula sobre todo tipo de preocupaciones sociales, con un final bastante ambiguo. Me interesó la idea de una criatura o persona que realmente no procediera de ninguna parte, ni que tuviera ningún tipo de relación con nada, que simplemente estuviera «perdida». Quería contar la historia desde el punto de vista de un personaje que representaría cómo podría yo responder personalmente a ello, por lo que el narrador anónimo soy esencialmente yo (aunque yo solía recoger conchas en la playa, en lugar de tapones de botella).
Tardé un par de semanas en escribir la historia en la mesa de mi cocina, el esbozo original era mucho más largo y detallado, y estaba ambientado en un barrio residencial muy parecido al sitio donde yo crecí. Más adelante eso cambió cuando empecé a desarrollar la idea de que sería una especie de barrio «retro-futurista» en el que casi no habria seres vivos aparte de la gente y todo sería muy aburrido y agobiante, aunque a nadie le importaría demasiado.
El texto está escrito como si se tratara de una anécdota cualquiera, contada por el chico y dirigida al lector presentándola como una especie de historia del tipo “lo que hice durante el verano”. Es significativo que la criatura en cuestión no se describa nunca físicamente, y que se diga poca cosa acerca del entorno en el que se desarrolla la historia: ahí es donde entran en juego las ilustraciones. Leído aisladamente, el texto sonaría como si tratara acerca de un perro perdido en un barrio o ciudad cualquiera, pero las imágenes revelan a un animal extraño con tentáculos en un mundo surrealista, sin árboles, con el cielo verde, demasiadas tuberías, cemento y maquinaria.
La relación entre palabras e imágenes es mínima, una gran dosis de humor de la historia surge a partir de ahí, ya que las imágenes desafían a lo que se espera de ellas, y todas esas absurdidades son recibidas con una especie de desinterés despreocupado por parte del narrador. Ese tono es coherente con el tema del libro, que tiene que ver con cuestiones de apatía, especialmente la supresión de la imaginación y la distracción lúdica por medio del pragmatismo y la burocracia, condiciones que afectan tanto a la sociedad como a los individuos.
Para conocer más de Shaun Tan puedes visitar su blog en español:
Puedes disfrutar de la lectura de La Cosa Perdida en las bibliotecas de BibloRed con la siguiente clave:
C TANC
(Rotulo - Verde - de cuento)
El cortometraje completo de La cosa perdida lo puedes ver aquí:
(Rotulo - Verde - de cuento)
El cortometraje completo de La cosa perdida lo puedes ver aquí: