Ilustración de Anthony Browne
El jueves encontré a Paola Araque, Terapista Ocupacional del Hospital, trabajando con las pacientes de la habitación 833. A Paola ya la había encontrado en otras ocasiones en las habitaciones del octavo piso acompañando con su trabajo a los pacientes de una forma que va más allá de lo terapéutico, involucrando siempre el componente afectivo. Este día fue particular, ya que juntos compartimos nuestras habilidades profesionales cuidando de la Señora Paulina Suárez y la Señora María Marín. Mientras Paula dirigía los ejercicios para fortalecer la motricidad de las manos de la Señora Paulina o daba recomendaciones a la señora María Mogollón acompañante de la Señora María para girarla en su cama, yo leía en voz alta el libro de “Refranes populares” e interactuaba con las pacientes y las personas que se encontraban en la habitación. Una de las actividades que me gusta desarrollar con este libro es la de leer una parte del refrán y dejar un espacio para que los pacientes o los acompañantes lo completen.
En una de las pausas que se dieron para jugar con el refrán “Es mejor prevenir”… Paula observó como todos los participantes se quedaban en silencio y notó la aflicción que sentía la señora María Mogollón por la paciente que cuidaba, así que con una espontaneidad brillante completó el refrán con la adaptación: “es mejor prevenir que ponerse triste”. La señora María recibió sus palabras como una caricia que le arrullaba el alma, y su rostro cambió totalmente abriéndose totalmente a la experiencia de escuchar y permitir recrearse con el lenguaje literario.
La ingeniosa intervención de Paola generó un clima propicio para leer poesía, el cual aproveché para compartir algunos de los poemas que más me gustan de David Chericián reunidos en el libro “El amor es un niño travieso”. Esta segunda tanda de lectura en voz alta logró canalizar la sensibilidad que sembró Paola con las pacientes y los acompañantes al punto que la señora María Mogollón expresó al finalizar la lectura: “Esto de escuchar poesía me hizo pensar en cosas diferentes. La lectura me ayudo. Que labor tan bonita la que hacen en Méderi: Devolverle la fe a la gente y hacerla pensar en cosas bonitas.” La señora María Mogollón, quedo tan emocionada con el libro de poesía que lo solicitó prestado para leer en la mañana. Cuando lo recogí al medio día me comentó que ella vivía en Mariquita, y que tenía un nieto de 8 años al que le compraría ese libro y se lo llevaría de regalo en cuanto regresara a su pueblo.
Así que este jueves me llevé una nueva satisfacción profesional al trabajar en equipo con Paola Araque, una compañera de Méderi que ve en cada persona que visita el hospital a un ser valioso que debe recibir una atención integral, en el cual el área corporal y el área emocional son igual de importantes a la hora de cuidar y sanar a las personas.